En realidad, lo que siempre gana no es si uno se alinea tanto a tus preceptos o no. Es *saber* (más o menos) a qué te arriesgas votando por A, B o C.
Si el candidato A,B,C es malo, pero no puede llegar a ser tan pésimo como para romper (inserte aquí sea de su preferencia -trabajo, económico...